Periquitos: características comunes y como cuidarlos

Periquitos: características comunes y como cuidarlos

Hoy os vamos a hablar sobre una de las aves más simpáticas que vemos en nuestra clínica: los periquitos. Aunque existen varias especies de periquitos, probablemente el más común es el periquito australiano. Lo reconoceréis por poseer colores de lo más variopinto, desde blanquitos inmaculados hasta verdes brillantes, pasando por coloraciones azuladas o amarillentas.

Es una especie que presenta cierto dimorfismo sexual. Esto significa que machos y hembras adultos (de más de 6 meses) pueden llegar a diferenciarse de manera externa, en función del color de su cera. El color puede variar según la coloración de nuestro periquito, pero de forma general los machos tendrán un color más azulado, mientras que las hembras serán más marronáceo o pálido.

En la naturaleza, estas aves son principalmente granívoras, alimentándose de semillas. El problema de seguir esta tendencia en cautividad es que no vamos a poder proporcionar tanta variedad como obtienen en la naturaleza. Por eso una alimentación basada sólo en semillas puede acarrear graves problemas de salud, por exceso de calorías y deficiencias de vitaminas y minerales.

Los periquitos pueden alcanzar unos 10 años de vida en cautividad, con algunos casos realmente impresionantes que fallecen por causas naturales a los 15 años. La mejor manera de poder asegurar que lleguen a vivir tanto es hacer mucho hincapié en los cuidados básicos para nuestra ave, así como intentar prevenir lo máximo posible cualquier enfermedad que pueda sufrir. Dentro de las medidas más importantes para lograrlo, será básico proporcionar una dieta equilibrada y en su justa medida, realizar una cuarentena estricta antes de juntar a dos aves de distinta procedencia, y visitar anualmente a nuestro veterinario para realizar las pruebas y analíticas que considere pertinentes.

Entre los problemas de salud más habituales en esta especie, tendremos tanto problemas infecciosos (sarna, polyomavirus, megabacterias) como no infecciosos (obesidad, hipovitaminosis, tumores), de forma que si vemos alteraciones en las heces, en el estado de las plumas, o pérdida de apetito o apatía, serán señales de enfermedad que debemos notificar rápidamente a nuestro veterinario.

No dudéis en visitarnos para informaros más en profundidad sobre estas y otras mascotas.

El equipo Pluto

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